El caserío de Tequicorral estaba debidamente delimitado por las barrancas de Apancingo ya citada y ahora embovedada en su mayor parte; la de san Miguelito y Pezuapa, cuyas aguas son tributarias del rió Huacapa.
Para los turistas, Tequicorral ofrece una perspectiva diferente de Chilpancingo. Desde sus partes más altas, se pueden apreciar vistas panorámicas de la ciudad, lo que lo convierte en un punto de interés para aquellos que disfrutan de la fotografía o simplemente de la naturaleza. Además, aunque las festividades locales no son tan grandes como en otros barrios, Tequicorral ofrece una experiencia residencial tranquila y auténtica.
Santa Cruz es otro de los barrios emblemáticos de Chilpancingo, donde se celebra una de las festividades religiosas más importantes: la fiesta de la Santa Cruz, que tiene lugar el 3 de mayo.
La fiesta de la Santa Cruz es una celebración que mezcla tradiciones religiosas y populares. Durante esta festividad, es común que las casas y calles del barrio se adornen con cruces decoradas con flores, y que los habitantes monten altares en honor a la Santa Cruz. Además, se organizan procesiones y misas, donde los vecinos participan activamente.
Santa Cruz es un barrio que ofrece una combinación de lo moderno y lo tradicional. A pesar de su crecimiento urbano, las festividades religiosas continúan siendo un pilar central de la vida en este barrio, lo que atrae a turistas interesados en las tradiciones religiosas. Durante las fiestas de mayo, los visitantes pueden disfrutar de una experiencia cultural única, donde la fe y la tradición se entrelazan.
Nuestro gran emblemático barrio de san mateo es conocido como el barrio más antiguo, no se tiene el dato exacto de la forma en que se hizo el repartimiento de los barrios, ni quien hizo la traza de la ciudad, porque en su nacimiento no hubo cédula real para su fundación. Sin embargo, se sabe que fue el Barrio de San Mateo el mejor organizado de los cuatro, siendo los otros San Antonio, San Francisco y la Santa Cruz, los que crecieron en desorden y se limitaba la población al sur de la Barranca de Apantcingo y al poniente el río Huacapa. El barrio se origina en un lugar conocido como el “bordo” y se extiende hasta el norte con la barranca de Jalahuatzingo y la carretera a Tixtla. El barrio de San Mateo es un lugar de tradición, ya que es ahí donde se origina la feria de navidad y año nuevo.
El 21 de septiembre se celebra la fiesta del santo patrono San Mateo, un día antes de las vísperas del santo se lleva acabo lo que es conocido como las “cuelgas”, que se trataban de que los barrios vecinos asistieran a adornas la iglesia de San Mateo como muestra de buena fe. La primera cuelga realizada en este majestuoso barrio fue encabezada por el padre Agustín M. Díaz Párroco de la catedral de la Asunción, quien logro la unión de los barrios tradicionales de Chilpancingo, porque tenían serios distanciamientos. Esta bonita tradición ha persistido a lo largo de los años gracias a la participación de su gente y la celebran llevando danzas típicas como los tlacololeros, dando así al inicio de una pequeña feria en las calles que rodean a la iglesia.
El jardín del barrio es un lugar agradable, porque al igual que los otros barrios, fue convenientemente arreglado por el h. ayuntamiento. La iglesia del barrio ha sido notablemente mejorada en los últimos años; en el ayer estaba muy descuidada y no tenía sacerdote que la atendiera como ahora sucede, tampoco estaba terminada en su interior, contando con una sola torre; la otra se le agrego no hace mucho pero no guardaba ninguna simetría, con la iglesia original el punto conocido como el fortín es irreconocible en la actualidad.
Era el barrio de San Antonio el que mayor número de casas de palma tuvo, hace muchos años; luego sus vecinos las cambiaron por las de teja y en la actualidad casi todas son de construcción moderna, en donde privan el cemento, la varilla, así como el acero en la confección de sus zaguanes, puertas y ventanas. A diferencia de antes que sus calles eran empedradas o de tierra, ahora casi todas están asfaltadas, siendo pocas las que aún tienen empedrado.
Desde lo alto del hermoso jardín que ahora tiene el barrio, puede mirarse gran parte de la ciudad que queda abajo, así como las colonias que trepadas en las colinas de la sierra del igualatlaco, aparecen luciérnagas con sus luces centellantes. Si uno quiere cenar sabroso puede dirigirse al mercadito de los ángeles, en donde espera una barbacoa bien condimentada, o un atole de ciruela, piña o blanco, con sus respectivos tamales de carne y dulce o su pedazo de conserva, preparada con cascara de toronja mochitleca almibarada.
Recordemos también que el 13 de junio, este gran barrio tlacolorero celebra al santo patrono del lugar, San Antonio de Padua. Anualmente celebran este ritual con música, danzas autóctonas y gastronomía regional. Junto a vecinos del barrio, de colonias aledañas el mandatario estatal degusta el tradicional pozole, acompañado de café y pan. Es de destacar que previo a la víspera de la fiesta a San Antonio de Padua, los habitantes del popular barrio reciben a los mayordomos de los otros cuatro barrios históricos de la capital y ese encuentro es con danzas de tlacololeros, demostrando que en Chilpancingo las tradiciones ancestrales se niegan a morir.
La vieja plazuela de este barrio que nos recuerda al santo seráfico de Asís (1182-1226) fue siempre quieta, apacible. Su iglesia ya existía a principios del siglo XIX como una modesta capilla, la que luego se cambió por una mejor la cual tiró el formidable temblor de 1902. La nueva, la que conocemos hoy en día, se debe en su mayor parte al afamado alarife Francisco Leyva Corona, cuyos antepasados fabricaron la ahora catedral de Santa María de la Asunción.
La primitiva plazoleta, estuvo rodeada de un fuerte muro de mampostería, teniendo al centro una enorme fuente de la cual se surtía el vecindario.
Las calles de este barrio fueron siempre estrechas guardando hasta hace unos cuarenta años su traza original. Entre otras destacaban la del Centenario, Colón, Ignacio Ramírez, Juan Ruiz de Alarcón, Valerio Trujano, Mina y 18 de Marzo.
En este barrio se ubica uno de los principales mercados de la ciudad, en el Mercado de San Francisco podrás encontrar por el día cocinas económicas y por la noche unas ricas enchiladas de guajillo, tacos dorados, entre otros antojitos, asi como tacos de trompo y tamales y atole.